Dónde estoy ahora

Ha pasado el verano, en el que he aumentado de forma espectacular mi peso, hasta sobrepasar el límite psicológico de las tres cifras. Con esa forma física, no era el caso de tomarse en serio lo de correr, así que, pasadas las fiestas del pueblo, por primera vez en mi vida, me he puesto a dieta.

Como muchas personas este año, me he decidido por la dieta de moda de este año, que evito mencionar, ya que tiene publicidad de sobra. En todo caso, me sigue todos los días mi médico de cabecera. Que conste que los (supuestos) éxitos de esta dieta, bajo control médico, pueden resultar no beneficiosos para otros/as, así que, si os queréis poner a régimen, acudid a un especialista y desconfiad de lo que leáis en Internet (incluso en este mismo blog).

Dicho esto, he empezado el régimen pesando 102kg y, 4 semanas después, peso 93kg. Entre medias, he hecho ejercicio de forma constante, he bebido mucha agua y (lo digo una vez más) he sido seguido por un médico. A principios, me ha costado mucho ir a correr, porque, creedme, no tenía fuerzas en las piernas. A los 3,5km tenía que parar e irme para casa.

Me han dicho que eso era normal, que sin azúcares ni carbohidratos no vas a ninguna parte (corriendo) así que, con tranquilidad, he seguido entrenando. He alternado las carreras con caminatas largas a un buen ritmo y siempre añadiendo ejercicios de abdominales, dorsales y flexiones, que nunca vienen mal.

Llegado el mes de septiembre (y el deseado fresquito), he vuelto a correr, haciendo circuitos de 6,8km, 3 o 4 veces por semana, con los consabidos ejercicios de gimnasio casero. Ahora me he encaprichado de las dominadas y, tarde o temprano, volveré a levantarme por encima de la barra, como en mis años de juventud. De momento, ni una, pero iremos informando. También tengo que decir que es muy difícil encontrar un sitio donde entrenar, con seguridad, este ejercicio. No sé si sirve para correr mejor, pero soy cabezón y quiero intentar a volver a subir el mentón por encima de la barra (por lo menos una vez). A propósito, si alguien tiene algún consejo que darme para las dominadas, adelante.

La semana pasada me convencieron para que me apuntara a la carrera de Beniarbeig y volví a sentir las ganas de ponerme un dorsal. Además, el tiempo me ha sorprendido a mí mismo, así que, aquí estamos de nuevo, con ganas de correr, escribir y, a pesar de los buenos propósitos de antes de verano, me concentraré en la Media Maratón de Santa Pola en enero (sería mi tercera participación) y, Dios mediante (suena antiguo, pero me gusta) el Maratón de Sevilla en febrero.

Keep on runnin’